*** PETE BEST Y EL "QUINTO BEATLE" ***
Muchas veces se habló del "Quinto Beatle". Algunos dijeron que al principio ese quinto elemento fue Brian Epstein, su representante. También le dieron el mote a George Martin, el legendario productor. Otros, ya al final, al borde de la disolución, a Billy Preston que tocó con ellos. Y otros, erróneamente, incluyeron en ese grupo a Pete Best, el baterista que fue echado del grupo antes de que alcanzaran la fama.
Los demás fueron personas que acompañaron los Beatles en algún momento y que hicieron aportes importantes. Pero no integraron el grupo. Best, en cambio, fue un Beatle por derecho propio. Pero se perdió todo lo bueno de serlo. A él sólo le tocaría la oscuridad, el recelo, el dolor y la nostalgia por lo que no sucedió.
En agosto de 1960 John Lennon, Paul McCartney y George Harrison fueron contratados para actuar en Alemania pero la condición era que debían conseguir un baterista. Le propusieron el trabajo a Pete Best. Lo hicieron sin demasiado énfasis, asegurándole que él sería uno de los muchos que audicionarían por el lugar: no querían que Pete supiera que él era su única opción para el puesto. Dejaron pasar unas horas hasta decirle que había sido tomado.
Los músicos se habían conocido unos meses antes. Los Quarrymen -un cuarteto que integraban John, Paul, George y el bajista Stuart Sutcliffe– tocaban en el Casbah Café, un sótano que era propiedad de Mona Best, la madre de Pete. Como dueño de casa, Pete acompañó al grupo antes de que fueran los Beatles en algunas ocasiones.
En Hamburgo los cinco actuaron noche tras noche. Luego regresaron a Inglaterra y volvieron a partir hacia Alemania. Los horas sobre el escenario se acumulaban. Stu dejó la banda que ya se llamaba The Beatles.
Pete con un trabajado jopo, un peinado elaborado y aéreo, era el que más atracción generaba en las chicas. Su belleza respondía con más claridad, encajaba en los cánones de fines de los 50. Un belleza fría y algo engolada.
Grabaron 15 canciones – casi todos covers y tres originales de Lennon y McCartney- pero a Decca no le interesó el grupo. Prefirió contratar a Brian Poole y los Tremeloes. Muy posiblemente la peor decisión individual de los últimos setenta años de historia.
Los Beatles hasta tuvieron que soportar algunos gritos en contra de su ausencia la primera vez que se presentaron con Ringo como miembro estable.
Mientras el mundo enloquecía y bailaba al compás de los cuatro de Liverpool, en un rincón de su casa Pete Best se retorcía del dolor y la frustración.
Una amarga desolación lo dominaba cada vez que escuchaba hablar de los Beatles.
En 1965, Pete intentó suicidarse. Los periodistas lo acechaban, querían conocer la historia del perdedor. Lo que no podía manejar no era su fracaso sino el éxito ajeno pero que pudo ser propio. Él no había fracasado, ni siquiera había podido empezar a jugar. La sombra, enorme y eterna, de los Beatles lo envolvió.
Luego, Pete se dio por vencido y no insistió con la música. Trató de olvidar la oportunidad desaprovechada, trató de no pensar más en el grupo más famoso de la historia. Se casó, tuvo hijos y trabajó como empleado estatal durante dos décadas.
Recién en 1988 volvió a tocar profesionalmente y a salir de gira por todo el mundo ya (más) reconciliado con el pasado.
Con la publicación del documental y los discos Anthology su suerte cambió. Como allí se incluían algunos de los temas grabados por Decca, cobró en concepto de regalías alrededor de seis millones de dólares.
Por fin, los Beatles convirtieron a Pete Best en millonario.