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The Beatles en el Circo del Sol

 


Cuando le preguntaban sobre la posibilidad de que los Beatles se reunieran, John Lennon siempre expresaba su oposición y hablaba sobre el deprimente paso que los artistas que querían aferrarse al estrellato debían tomar: “Ir a Las Vegas y cantar tus grandes éxitos”.

Muchos años después, los Beatles llegaron a Las Vegas, pero de una manera mucho más creativa. En colaboración con Cirque du Soleil, Apple Corps, la compañía productora de los Beatles, creó “Love”, una obra de teatro de 90 minutos con música de los Beatles mezclada de manera peculiar y montada en un teatro construido para ese propósito en el Mirage Resort & Casino.





Con LOVE, el Cirque du Soleil celebra el legado musical de los Beatles a través de sus eternas grabaciones originales. La exuberancia de los Beatles se canalizará a través de la energía juvenil y urbana de un elenco de 60 artistas internacionales.

Utilizando las cintas originales en los estudios Abbey Road, Sir George Martin y Giles Martin han creado un exclusivo paisaje sonoro con la música de los Beatles para LOVE. Con imágenes y sonido panorámicos, la audiencia experimentará a los Beatles como nunca antes. Sólo en The Mirage, en Las Vegas.

Así resultó que los Beatles podían tener un espectáculo en Las Vegas sin ponerse un traje con brillitos, y con su reputación de evasores de expectativas (incluidas las de Lennon) intacta.

Cuando se estrenó “Love”, en 2006, algunos críticos se mostraron incrédulos ante la predicción de Apple y el Cirque de que se presentaría durante 10 años. Después de todo, ¿cuántos fans de los Beatles podrían viajar a Las Vegas para ver un espectáculo acrobático?

Resulta que muchísimos. Justo después del décimo aniversario de la puesta en escena, el 14 de julio, una portavoz del Cirque respondió a la pregunta: desde 2006, aproximadamente ocho millones de personas han visto “Love”.

Las canciones constituyen una parte muy importante del atractivo del espectáculo. No se presenta la música tal como la conocemos: George Martin, el productor de los Beatles (quien murió en marzo) y su hijo Giles estuvieron buscando en las grabaciones originales de las sesiones y elaboraron combinaciones, mezclando elementos de distintas canciones (por ejemplo, la batería y algunos patrones rítmicos de “Tomorrow Never Knows” y la cítara, la tabla, la orquesta y las voces de “Within You, Without You”), para dar giros renovados a las tonadas conocidas del grupo.

Escarbaron las cintas para encontrar retazos de charlas entre las grabaciones, que se dejan caer aquí y allá a lo largo del espectáculo.

El hecho de que el espectáculo haya durado tanto tiempo tiene mucho que ver con las contribuciones del Cirque, que son impresionantes en términos de teatralidad tanto física como narrativa.

Hasta cierto punto, se trata una versión fantasiosa y falsa de la historia de los Beatles o, por lo menos, vistazos muy seleccionados de ella. Cuando el espectáculo comienza, con la armonía de voces sin música de “Because”, y una mezcla de “Get Back” y “Glass Onion”, lo que el Cirque hace en el escenario y las proyecciones sugieren las privaciones que se vivían en Liverpool durante la Segunda Guerra Mundial, cuando nacieron los Beatles, y un poco después. Sin embargo, en lugar de bombarderos nazis, el espectador ve a los Blue Meanies, los malos de la película animada El submarino amarillo.

No obstante, por mucho que “Love” muestre la carrera de los Beatles, o enfatice sus comentarios y filosofía (la obra cierra con “All You Need is Love”), de ninguna manera es lo que cualquiera consideraría un documental. La licencia artística le permite a Champagne fusionar el accidente de auto descrito en el primer verso de “A Day in the Life” no solo con la muerte de la madre de Lennon, Julia, a quien atropellaron mientras cruzaba la calle, sino también con el consuelo que McCartney le brindó al hijo mayor de Lennon, Julian, cuando sus padres se separaron a través de “Hey Jude”.

Para quienes están obsesionados con los Beatles, el espectáculo ha convertido al Mirage en un lugar obligado de peregrinaje, el único lugar en el mundo donde se puede ver una producción teatral aprobada por los Beatles con una banda sonora envolvente, directa de las grabaciones originales.